De acuerdo a un estudio de la Universidad de Londres, escuchar música durante 15 segundos puede cambiar la forma en que se juzga la cara de otras personas.
Escuchar solo un
poco de música animada, hace que se perciban las caras como más felices. Lo
mismo ocurre con la música triste: al escuchar música triste, percibimos las
caras de los demás como más tristes.
Por tanto, las
personas proyectan el ánimo de la música que escuchan a las caras de las
personas.
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